¿Sabías que la prevención del Alzheimer, de otras enfermedades mentales y de diversas adicciones (tabaco, alcohol, etc.) es uno de los beneficios de la actividad física y el deporte?
Y ésta es una sola de las ventajas sobre la salud que tiene un estilo de vida saludable 🙂
Por supuesto, este estilo de vida saludable tiene mucho que ver con la actividad física. Y precisamente por ello en el artículo de hoy queremos ver sus principales beneficios. Sobre todo, en cómo estos inciden en los más peques de la casa, y los ya no tan peques. Sin embargo, y antes de entrar de lleno al tema, nos estuvimos preguntando: ¿por qué nuestros hijos practican tan poco deporte?
“A los niños no hay quien los pare. Les sobra actividad” Mentira. El sedentarismo en la infancia y adolescencia están aumentando hasta puntos alarmantes.
Para responder a dicha pregunta recurrimos al propio Ministerio de Educación, Cultura y Deporte. Pues bien, resulta que ello se debe a un estilo de vida sedentario generalizado. Es decir, nos desplazamos siempre sentados en coches o en transporte público, apenas se juega ya en la calle, videojuegos, etc. Sin embargo, lo más importante es ver que el sedentarismo de niños y jóvenes se debe principalmente al sedentarismo de sus propios padres. Esto es, imitan lo que hacen los adultos.
Así que ya sabes, hay que enseñar con el ejemplo para fomentar estos beneficios de la actividad física en nuestros hijos 😉
¿Y qué beneficios son esos? Pues vamos a verlos al detalle en los siguientes apartados:
Beneficios fisiológicos de la actividad física
- Enfermedades cardiovasculares, tensión arterial alta, cáncer de colon y diabetes. Todas ellas podrían evitarse llevando a cabo en nuestro día a día diversos ejercicios propios de la actividad física.
- También ayuda a controlar el sobrepeso y la obesidad, junto con una dieta saludable.
- Fortalece huesos y músculos. Hasta tal punto que mejora la capacidad para hacer esfuerzos sin fatiga gracias a estas ventajas en el sistema muscular. Es más, ayuda también a prevenir la osteoporosis en la vida adulta.
- Ayuda en la maduración del sistema nervioso motor y también de las destrezas motrices (como correr, nadar, saltar, etc.).
- Por no hablar de la coordinación y el control de movimientos, que también se ven muy beneficiados. Hasta el punto de que reduce (y mucho) el riesgo de caídas y fracturas vertebrales o de la cadera en la edad adulta.
- Aunque no lo creas, el desarrollo de la actividad física ayuda también a prevenir el consumo de tabaco, de alcohol y de otras drogas.
- Les ayuda a dormir mejor. Quizás pueda parecer un beneficio menor, pero no son pocos los niños y adolescentes a los que les cuesta conciliar el sueño.
Beneficios psicológicos de la actividad física
- En un mundo donde el estrés, la ansiedad e incluso la depresión son de lo más frecuentes, la actividad física ayuda a mejorar nuestro estado. Y por supuesto también el de nuestros hijos.
- La memoria y la concentración son también los grandes beneficiados.
- Aumenta la autoestima. Y no, no hace falta ganar al contrario para que este beneficio de la actividad física quede bien patente.
- Está claro que a todos nos preocupa el desarrollo integral de nuestros hijos. El ver cómo estos crecen y se desarrollan como personas. En este sentido, de nuevo la actividad física es una de las protagonistas.
- Potencia la creación de hábitos saludables. Y no sólo nos referimos al ejercicio físico en sí, sino también a una alimentación sana, a la higiene personal, etc.
Beneficios sociales de la actividad física
- Aumenta la autonomía y la integración social. Sean ejercicios o deporte en equipo (como el fútbol) o más individuales (como el tenis). Cabe recalcar, además, que estos beneficios son especialmente importantes en el caso de discapacitación física o psíquica. ¡Y ya sabemos lo importante que es la confianza en uno mismo!
- Educa en valores. El trabajo en equipo, el esfuerzo y la amistad son sólo algunos de ellos. Nuestro hijo se vuelve más colaborador, y no tan individualista.
- Educa también en la asunción de responsabilidades y en la creación de hábitos. Sobre todo, en los deportes en equipo.
- Aunque no lo creas, también mejora el rendimiento escolar de nuestros hijos (sean estos todavía niños o ya adolescentes). ¿El motivo? Sólo has de atender a los anteriores beneficios de la actividad física aquí descritos para comprobarlo 😉
“Hacer ejercicio es muy caro”. Mentira, el ejercicio se puede llevar a cabo en cualquier lugar, y la gran mayoría de actividades físicas no requiere ni de equipos ni de instalaciones especiales.
¿Qué podemos hacer como padres y madres para fomentar el ejercicio?
¿Lo principal? Predicar con el ejemplo. Ya hemos comentado al principio de este mismo artículo lo mucho que niños y adolescentes imitan los hábitos de sus padres. Mantengamos una actividad física constante y nuestros hijos se mostrarán más predispuestos a realizar ejercicio.
Sin embargo, no es lo único que podemos hacer como padres y madres. Otra buena idea sería que regalaras a tus hijos juguetes que estimulen el movimiento (pelotas o bicicletas son buenos ejemplos de ello); así como fomentar los aspectos divertidos del ejercicio (ahora que es verano, seguro que les encantaría jugar contigo en la piscina a ver quién le marca más goles al otro con una pelota), los deportes que más les gusten (si a tu hijo o hija no les gusta nadar, no les presiones a ello; ¡quizás prefieran patinar!), o incluso planear aventuras familiares (¡ya va siendo hora de sacar rendimiento a ese carril bici que recorre tu ciudad!).
Por otra parte, limitar el tiempo que pasan delante de dispositivos audiovisuales (televisión, videoconsolas, móviles, etc.) también puede ser de gran ayuda. Sin embargo, la recompensa te será más beneficiosa que la prohibición. En este sentido, por ejemplo, te recomendamos el siguiente método: si tus hijos leen, estudian o realizan algún tipo de actividad física durante 1 hora, podrán estar también 1 hora consumiendo productos audiovisuales. Como se suele decir; una de cal y otra de arena 😉
Apuntarles también a programas donde la actividad física sea la protagonista es también una muy buena idea. Cursos de artes marciales, clases de natación y, ahora sobre todo en verano, campamentos deportivos. Y estos últimos no por nada; sino porque combinan distintas actividades físicas, adaptándolas a los gustos de los participantes, y supervisadas por expertos en prevención de factores de riesgo y expertos también en fomentar el carácter lúdico de estos deportes.
Es más, si estás interesado en apuntar a tus hijos a uno de dichos programas de verano, te dejamos aquí con un buscador de campamentos deportivos. Así podrás comparar precios y características de los mismos 🙂
Los mejores campamentos deportivos en España
“Pero con las clases de gimnasia ya hacen suficiente ejercicio”. Mentira. La OMS recomienda al menos 60 minutos diarios de actividad física en el grupo de 5 a 17 años.
Consejos para evitar los factores de riesgo
Muchos padres se preocupan por las lesiones que el deporte puede causar. Y es del todo lógico. Al fin y al cabo no queremos que a nuestros hijos les pase nada malo. El problema surge cuando les impedimos (o fomentamos) que hagan ninguna actividad física. Pues a la larga, será incluso más contraproducente.
¿La solución es por lo tanto que nuestros hijos no lleven a cabo ningún tipo de actividad física? Por supuesto que no. Por el contrario, la solución pasa por saber evitar esas lesiones. Factores que a continuación te detallamos para que puedas tener en cuenta:
- Calentamiento. Antes de cualquier tipo de ejercicio, 3 o 4 minutos de calentamiento serán de gran ayuda para evitar lesiones de cualquier tipo. Haz dicho calentamiento junto a tu hijo y al poco tiempo ya lo llevará a cabo él por su propia cuenta sin que nadie tenga que pedírselo.
- Calzado. Sí, las zapatillas del Primark son muy baratas, pero conviene invertir en un calzado deportivo apropiado para evitar esguinces y caídas.
- Agua cada dos por tres. ¿Sabías que la mayoría de lesiones musculares se deben a la deshidratación? 2 litros es lo que nos recomienda la Organización Mundial de la Salud.
- Descansar de vez en cuando. No forcemos la actividad física para tratar de acabar cuanto antes. Un descanso cada 15-20 minutos le vendrá perfectamente para reponer fuerzas y evitar estos factores de riesgo.
- Estiramiento. ¿Habéis terminado ya de hacer ejercicio? Bien, pues ahora tú y tu hijo o hija deberíais llevar a cabo unos pocos estiramientos en aquellos músculos que más hayan trabajado. 15 segundos de movimientos suaves y continuos por cada uno de ellos deberían bastar.
“El no hacer ejercicio tampoco es tan malo”. Mentira. La inactividad física es el cuarto factor de riesgo más importante de mortalidad mundial. Por ejemplo, causa aproximadamente un 25% de los cánceres de colon y de mama, un 27% de los casos de diabetes y un 30% de los casos de cardiopatía isquémica.
¿Te hemos convencido? Esperamos que sí. Pues estos beneficios de la actividad física son muy importantes que los tengas en cuenta. Lo más curioso es que no sólo para tus hijos, sino también para ti mismo. Mantente en forma, haz ejercicio y lleva un estilo de vida saludable. Seguro no te estamos diciendo nada nuevo. Pero conviene recordarlo de vez en cuando para que nuestros hijos imiten los mismos hábitos saludables que llevamos a cabo 🙂